viernes, 8 de mayo de 2020

BUENOS DIAS....BUENAS TARDES...

Hola amigos/as:

Hoy tuve que acudir a la sala de emergencias de un hospital por una úlcera por presión en la planta del pie.

Yo soy de la quinta del buenos días, buenas tardes, muchas gracias, por favor, disculpe, etc. En mis tiempos era una asignatura de poco calado y se llamaba : urbanidad. Pero en realidad era continuación de lo que se aprendía en casa.


En sala de emergencias la gente que acude es por necesidad y temor y no por gusto y lo primero que uno agradecería, sería un trato por lo menos amable. Os cuento: después de anotarme para turno y al cabo de una hora aproximadamente, oigo mi nombre y en la puerta me esperaba una enfermera. Al llegar a su altura le saludo con un “buenos días” del que no tengo contestación. Muchos días me ocurre esta situación y no le doy más importancia, pero hoy la adrenalina se me disparó y me quedé clavado a su lado y repetí mis “buenos días”…tampoco recibí respuesta y en ese momento la susodicha, empleando la táctica del “estoy ocupada”, se pone a comentar con una compañera, sobre la cantidad de pacientes…..esperé a que terminara su pregunta y le dieran la respuesta (no más de 10 segundos), pero seguí tieso como una vela, sin avanzar y le repetí por tercera vez, “buenos días”… esta vez tuve como respuesta un susurro como indicándome – lo voy a decir, pero no lo vas a oir -. Al menos reaccionó, mal, pero reaccionó….aunque inmediatamente me vino a la mente el pensamiento del filósofo que dijo: “si corriges a un sabio, lo haces más sabio, pero si corriges a un necio, lo conviertes en tu enemigo”.
Me acompaña a su oficina, me hace las preguntas de rigor y de cordialidad nada de


nada, más bien era - te estoy haciendo pasar por el “tubo”…estás en mi territorio -…..Afortunadamente el interrogatorio era corto y en menos de 10 minutos estaba en sala esperando al doctor. Aproximadamente a las dos horas, el doctor me recibe en su oficina. Le explico lo que tengo y que, por mañana ser día festivo, prefería actuar con prudencia. Me indicó que no era nada importante, que la úlcera había reventado, pero para prevenir cualquier infección, me recetó 3 días de antibiótico y que la primera dosis me la iban a inyectar allí mismo, para ganar tiempo.


El doctor se fue a atender a otros pacientes en lo que llegaba alguien a ponerme la inyección y, oh sorpresa!!! apareció la enfermera antes citada con una jeringa con una aguja de las que no veía hace años larga y gruesa y muy sutilmente me dijo: -esto es antibiótico y va a quemar - (no dijo quizá te duela un poco…no, no, lo suyo fue a asustar). Como no podía ponérmela en la nalga, porque no podía moverme en mi silla, me la puso en el muslo y os aseguro que vi la imagen de un torero entrando a matar…aquella aguja penetró como un estoque. Con cara de satisfacción me preguntó si me había dolido…y como no tengo sensibilidad por mi condición, le dije la verdad : que aunque me hubiera puesto un torpedo , no hubiese sentido nada…no me puso le tirita en el pinchazo y creo que se fue maldiciendo su mala suerte.
Le comenté al doctor su escaso celo y profesionalidad, por no haber seguido el protocolo de tocar a un enfermo sin guantes y haberme dejado de ponerme el corta sangre en el pinchazo…..nada más. A lo de la educación ó cordialidad ó el buen trato no le di importancia, al protocolo médico, sí.
Amigos, esto no es una historia, esto me ocurrió el  día 27 de julio por la mañana.


A esta enfermera de un hospital al que mi plan de seguro médico le va a pagar……con el dinero que yo pago al plan. Luego hay quien se queja porque no tiene trabajo…….

lunes, 13 de mayo de 2019

DESPUES DE LA OSCURIDAD, LA LUZ

Hace días, bastantes días, que no me sentaba frente  a la computadora para expresar mis pensamientos y mantener  contacto con aquellos que me leen.  Siempre he comentado que lo que escribo, son mis sensaciones del momento, de lo que ocurre a mi alrededor o de los  recuerdos de acontecimientos que ahora, en algún caso,  me dicen que fui feliz aunque no me hubiese dado cuenta en el momento de ocurrir.

     Ha pasado tiempo porque  caí en un estado de melancolía, que no quería transmitir. 

      Fue después de regresar de un viaje a Barcelona, donde pasé unos días fantásticos, disfrutando a capacidad de "mi" ciudad. Sin embargo, vi apagarse  la vida de  uno de mis pocos y mejores amigos, fruto de una larguísima relación de más de 40 años. A  los pocos días de regresar a P.R., recibí la fatal noticia de su fallecimiento. Fue un  duro golpe  que aún estoy asimilando.

     Pocas semanas después, recibí otro duro golpe moral por el salvaje atentado en Barcelona. En aquel momento no podía creer que fuese cierto. Todavía hoy, cuando lo pienso, me dan escalofríos.

     A las pocas semanas, en septiembre, Puerto Rico fue sacudido por el paso de dos huracanes, Irma y María. Los efectos de María, fueron devastadores y que puso en foco las necesidades de mucha gente a las que sobreafectó. En aquellos días de oscuridad (literal) apareció, detrás del escenario donde  se desarrollaba la obra aparentemente normal, la tramoya que puso en evidencia la cruda realidad. Para mí fueron días duros,  por la propia situación   ocasionada por el huracán y por ver la miseria humana de personas especuladoras acaparando artículos, gasolina, agua, etc., lucrándose a costa de las necesidades de la gente. Tristísimo ver la falta de escrúpulos, mientras por otro lado, se manifestaban innumerables muestras de solidaridad. También fue lamentable como se alteraba la verdad para enmascarar una realidad que, aunque conocida, no se tomó en consideración, desde mucho tiempo atrás, para prevenir la situación en fallas en servicios , infraestructuras, etc.que se produjeron.

     Creo que el desastre sobrepasó al  gobierno por su magnitud y por la falta de experiencia en estos fenómenos, lo que se manifestó por la deficiente logística, que además puso en evidencia a personas, mercaderes/especuladores  con las necesidades, lucrándose…. porque allí donde se huele dinero, es como un pastel para las moscas.



 Afortunadamente las cosas se han ido acomodando aunque falta mucho para volver a una cierta   normalidad necesaria para empujar fuerte hacia adelante al país, pero sin olvidar que todavía hay situaciones de extrema necesidad que ya tendrían  que haberse resuelto.

     Pero como siempre, después de la oscuridad, aparece de nuevo la luz.

     Un abrazo para todos/as.